Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la educación
La sociedad de la comunicación exige del sistema el cambio en sus estructuras, en su organización curricular y en los recursos de enseñanza. De allí la urgente necesidad de incorporar las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación, movidas por una nueva racionalidad, con profundas raíces político-económicas. Las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación han venido propiciando profundos cambios en la manera como se procesa la información, se construye, se reconstruye y se comunica el conocimiento; situación que ha tenido su génesis fuera del ámbito escolar, pero que ya insiste en ser común en las prácticas pedagógicas cotidianas. Esta tecnologías entran en el campo educativo de la mano de las teorías de aprendizaje y de la instrucción de corte conductista (Sancho, 1994).
Apropósito de esto, Jordi (1997) expresa que la interpretación sobre las tecnologías en la educación es reducida comúnmente al campo didáctico, considerándolas como medio o recurso del docente, sin asumir su importancia en el cambio del mundo en el que se educan niños y jóvenes, por lo que se hace necesario redefinir las prioridades en cuanto a la educación. Una de las preocupaciones de la escuela es el debilitamiento progresivo en las tareas de transformación y desarrollo intelectual del hombre ante las Nueva s Tecnologías de la Información y Comunicación, debido a la gran capacidad interactiva y significante de estas, competencia generada por la contradicción: “Escuelamoderna, alumnos posmodernos” (Filkierkraf, en Colom, y Mélich, 1994).
Aun así, la enseñanza se ve motorizada por las nuevas tecnologías, gracias a que la sociedad ha venido adquiriendo paulatinamente una cultura tecnológica que ha arropado gran parte de los productos culturales que el hombre ha realizado. Los aportes novedosos a las necesidades educativas y formativas de los ciudadanos en la sociedad actual vienen de discursos revolucionarios, pensados y diseñados por hombres que tiene diversas concepciones políticas, sociales y económicas, pero que se caracterizan fundamentalmente por el manejo y uso de tecnologías de punta. El conocimiento y la información tienen una profunda importancia económica en el mundo actual (Gervilla, 1993), que debe superar los espacios de la escuela, por demás trasnochada y descontextualizada de los ritmos de transformación social y cultural que vive la humanidad. Así, televisión por cable o satelital, Internet, radio, cine, vídeo y los sistemas multimedia representan para muchos la solución a los problemas de enseñanza, a pesar de las dificultades económicas, políticas y sociales que puedan traer a la sociedad.
Esta tendencia obliga al educador a formarse críticamente en las Nueva s Tecnologías de la Información y Comunicación, para incorporarlas en procura del desarrollo y transformación de la intelectualidad del hombre, ante el posible desplazamiento de la escuela a causa de la gran capacidad de resolución de los saberes desarrollados por las nuevas tecnologías, que convierten el currículo escolar en algo estático, unívoco y hegemónico, sin significado, e ineficaz para la
vida del hombre; contrario a la relatividad, interactividad, dinamismo y pluralidad de los saberes ofrecidos a través de las nuevas tecnologías de la educación. La crítica a esta tendencia esta fundada en la posible pérdida del sentido humanizador
en el proceso formativo, dada la probable sustitución de maestro por las nuevas tecnologías, motivo de discusiones profundas en la actualidad.
Apropósito de esto, Jordi (1997) expresa que la interpretación sobre las tecnologías en la educación es reducida comúnmente al campo didáctico, considerándolas como medio o recurso del docente, sin asumir su importancia en el cambio del mundo en el que se educan niños y jóvenes, por lo que se hace necesario redefinir las prioridades en cuanto a la educación. Una de las preocupaciones de la escuela es el debilitamiento progresivo en las tareas de transformación y desarrollo intelectual del hombre ante las Nueva s Tecnologías de la Información y Comunicación, debido a la gran capacidad interactiva y significante de estas, competencia generada por la contradicción: “Escuelamoderna, alumnos posmodernos” (Filkierkraf, en Colom, y Mélich, 1994).
Aun así, la enseñanza se ve motorizada por las nuevas tecnologías, gracias a que la sociedad ha venido adquiriendo paulatinamente una cultura tecnológica que ha arropado gran parte de los productos culturales que el hombre ha realizado. Los aportes novedosos a las necesidades educativas y formativas de los ciudadanos en la sociedad actual vienen de discursos revolucionarios, pensados y diseñados por hombres que tiene diversas concepciones políticas, sociales y económicas, pero que se caracterizan fundamentalmente por el manejo y uso de tecnologías de punta. El conocimiento y la información tienen una profunda importancia económica en el mundo actual (Gervilla, 1993), que debe superar los espacios de la escuela, por demás trasnochada y descontextualizada de los ritmos de transformación social y cultural que vive la humanidad. Así, televisión por cable o satelital, Internet, radio, cine, vídeo y los sistemas multimedia representan para muchos la solución a los problemas de enseñanza, a pesar de las dificultades económicas, políticas y sociales que puedan traer a la sociedad.
Esta tendencia obliga al educador a formarse críticamente en las Nueva s Tecnologías de la Información y Comunicación, para incorporarlas en procura del desarrollo y transformación de la intelectualidad del hombre, ante el posible desplazamiento de la escuela a causa de la gran capacidad de resolución de los saberes desarrollados por las nuevas tecnologías, que convierten el currículo escolar en algo estático, unívoco y hegemónico, sin significado, e ineficaz para la
vida del hombre; contrario a la relatividad, interactividad, dinamismo y pluralidad de los saberes ofrecidos a través de las nuevas tecnologías de la educación. La crítica a esta tendencia esta fundada en la posible pérdida del sentido humanizador
en el proceso formativo, dada la probable sustitución de maestro por las nuevas tecnologías, motivo de discusiones profundas en la actualidad.
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